Thursday, November 27, 2003

A continuación, para el deleite de unos cuantos (espero que sean más de tres), pegaré la entrevista que hice a Montefiori Cocktail, un grupazo italiano de "easy listening" (armónico en su composición, punk en su definición: la pura negación del futuro musical... Una auténtica delicia, pues. Lléguenle a sus discos, que son bien baratos. Están en Irma Records, la disquera italiana). Ahí les va, puesn!

MUSICALIZAN UN VIAJE AL PASADO

Montefiori Cocktail comparte las vivencias de sus viajes de trabajo, porque de placer no tienen: en las vacaciones sólo se dedican a descansar


Montefiori Cocktail ha viajado mucho este año. Unas 100 presentaciones por distintos países de Europa en lo que va del 2003 comprueban que se trata de la banda más exitosa del easy listening italiano, ese género musical de atmósferas nostálgicas y referencias divertidas a tiempos ya pasados que mucha gente concentra en un mismo estilo musical: el lounge.

Cien viajes en siete meses, aunque sean de trabajo, sin duda los hacen formar parte de las tribus nómadas de este planeta. Y si tomamos en cuenta que este dueto, integrado por Federico (Kikko) y Francesco (Kekko) Montefiori, lleva ya más de cinco años repartiendo su música por el mundo, es un deber que platiquen con los lectores de esta sección sobre sus hábitos de viaje.

Para empezar, Montefiori Cocktail encuentra una relación especial entre su oficio y el acto de viajar.

"Nosotros somos músicos, y desde el momento en que estamos tocando estamos viajando, pero con la mente".

Pero también son importantes en su música los viajes físicos.

"En cada viaje recolectamos mucha inspiración. Nos interesan todas las diferencias que encontremos entre nuestro lugar y el que visitemos: la gente, el arte, la comida... Buscamos la música local, nueva y vieja. En Viena, por ejemplo, encontramos un viejo acetato de Aquarius en alemán, y en Moscú conseguimos una versión de 'Palomitas de Maíz' pero al estilo ruso".

¿Cómo explicar las exóticas versiones que le han hecho al "Bolero" de Ravel o al tema de Star Trek? Los hallazgos de esas perlas musicales seguro han tenido mucha influencia, y también deben tenerla sus experiencias viajeras, como esos momentos climáticos durante las noches de parranda tras sus presentaciones.

"La experiencia más divertida durante uno de nuestros viajes fue una noche en Chipre: acabamos la juerga en una hostería tradicional bebiendo, bailando y cantando a la manera griega".

Eso es lo que hacen durante sus viajes de trabajo. Pero no es lo único. De hecho, ambos tienen maneras muy distintas de pasar el tiempo.

"A mí me gusta ir al cine, al teatro, a algún buen club underground; gastar dinero en tiendas de discos o de ropa de segunda mano, y colecciono lentes retro", dice Kikko.

"Kekko suele pasarla con su hijo. Le gustan los videojuegos y todo le interesa".

Pero en algo sí coinciden. Las impresiones que guardan de sus giras son similares. Por eso Kikko decide responder en nombre de él y de Kekko.


¿Cuál es el viaje que más recuerdan?

"El tour por Estados Unidos en 1997, porque era la primera vez que estábamos ahí. Fue una impresión muy fuerte, pero de increíbles satisfacciones. Tocamos en el último piso de una de las Torres Gemelas, en Nueva York.

"Otro que recordamos es cuando estuvimos en Moscú, en el 2000. Conocimos gente muy entusiasta y chicas increíblemente hermosas".


¿Hay algún sitio, algún país que quieran visitar pero que aún no han podido?

"Nos gustaría ir al Carnaval de Río. También nos gustaría visitar México, porque todos los que van ahí de vacaciones lo disfrutan mucho y nos dicen 'tienen que ir'. Y Japón, porque es un lugar con una forma de vida muy diferente: un moderno nuevo mundo. Y ahí debemos tener muchos fans".


¿En dónde les gustaría tocar?

"En la Arena de Verona, porque ahí nacimos. Y tal vez en Las Vegas, porque es la ciudad del entretenimiento".


¿Cuál ha sido su peor experiencia durante un viaje?

"Hace tres años regresábamos de una actuación en Nápoles (un poblado a 600 kilómetros de Forli, la ciudad donde vivimos), y a los 100 kilómetros de recorrido se nos descompuso el carro y tuvimos que esperar ahí toda la noche".


¿Suelen usar guías cuando salen de viaje?

"No usamos guías de viaje. Más bien 'usamos' a quienes nos invitan a tocar, porque siempre viajamos por cuestiones de trabajo. Tenemos poco tiempo para vacacionar, así que ese tiempo lo usamos para descansar con la familia o con los amigos".


¿Acostumbran escuchar música cuando viajan?

"Sí, durante el día escuchamos alguna buena compilación de música viejita. En las noches nos gusta escuchar música clásica, para relajarnos".

Y si alguien quedó sorprendido tras conocer el número de presentaciones que han tenido a lo largo del 2003, Kikko hace una acotación que podría pasar como una pedantería si no se tratara del comentario a la cantidad de viajes que llegan a tener en un año.

"Este año hemos tenido menos actuaciones porque estamos grabando un nuevo disco y hemos estado trabajando más en el estudio (con la remezcla, la publicidad, etcétera)".

Sin embargo no han dejado de darse sus escapadas para presentarse en distintos escenarios europeos. A finales de septiembre tocarán en dos fiestas de Milán: un desfile de modas y un festejo del festival de cine independiente que ahí se celebra. Y tendrán una presentación en el Festival de Cine de Vissingen, en Holanda. Excelente oportunidad para quienes se encuentren de visita por allá y deseen conocer este proyecto que ha llegado a describirse como ver a la nave Enterprise (¿la recuerdan? ¿la de Star Trek?), surcando un océano del déjê vu y del baile fácil.


Un acercamiento al 'feeling' italiano

Un catador experto podría descifrar el sonido de Montefiori Cocktail de la siguiente manera: dos onzas de jazz, una onza de referencias sesenteras y sonidos juguetones y una pizca de música electrónica, lo que da como resultado una mezcla llena de inquietante e irónica melancolía.

Para lograr tal exotismo, Kekko se encarga de los teclados y de la computadora. La experiencia le viene de sus trabajos como productor de música house y de sus participaciones solistas bajo el seudónimo de "Key Tronics Ensemble" en recopilaciones de la disquera boloñesa Irma Records.

Kikko toca el saxofón, la flauta y es la voz de Montefiori. Su bagaje musical está lleno de referencias jazzeras, funky, cha cha cha y rhythm and blues, y que también pueden apreciarse en su trabajo solista como "Monsieur Blumenberg".

¿Y de quién son hijos estos dos muchachos? La referencia a su padre podría no venir al caso si no se tratara del saxofonista Germano Montefiori, héroe de la escena nocturna italiana y de los cruceros (me refiero a los barcos, no a las intersecciones de calles) en los años 60, que compartiera escenario con músicos de la talla de Chet Baker.

"Raccolta No. 1", el debut discográfico de estos muchachos, vio la luz en el 97 en el subsello "La Douce" de la compañía Irma, que prácticamente tiene la exclusividad de sus grabaciones, pues tres años después apareció ahí mismo "Raccolta No. 2"; además, claro está, de sus múltiples apariciones en los samplers de la disquera.

Entre sus presentaciones más importantes está su paso por el Festival de Jazz de Montreux, Suiza, en julio de 1997, donde tuvieron como invitado especial a papá Germano. Y han tocado varias veces en Londres, en Madame JoJo, el templo del easy listening, ubicado justo en medio del Soho y donde cada vez que se presentan tienen mayor éxito.

Si usted escoge la música de Montefiori para armar el soundtrack de su próximo viaje, no se arrepentirá: buena música y mucho sentido del humor están garantizados.

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