Thursday, June 16, 2005

La Esquina Carlos Gardel y La Catedral ofrecen dos opciones para disfrutar de la noche a ritmo de tango. He aquí una croniquita que espero disfruten.

El restaurante temático Esquina Carlos Gardel, inmejorable lugar para conocer la historia del tango acompañado de un menú VIP, da la bienvenida con suficientes pruebas de que ahí se le rinde culto al pasado.



  • La milonga La Catedral, instalada en una enorme bodega escasamente iluminada, se presenta de inmediato como un lugar peculiar y semioculto para disfrutar de la noche en compañía de tango, vino y polvo.




  • Dos marquesinas distintas, una diciendo Chanta Cuatro y otra con la firma de Carlos Gardel, anuncian que se trata de la esquina del barrio Abasto donde se homenajea a diario con una cena show al cantautor que conviviera en ese mismo lugar, pero a principios del siglo pasado, con amigos y compinches hasta bien entrada la madrugada.

    En la calle de Sarmiento, a la altura del 4006, no hay nada que sirva de indicio de que por ahí hay milonga. De no llevar consigo la dirección exacta de La Catedral, puede pasar desapercibido y llegar a creerse que ya no existe o que fue una tomadura de pelo de quien te recomendó el lugar.

    La bienvenida al restaurante de la esquina de Anchorena y Carlos Gardel está a cargo de una mujer ataviada con pollera corta y con tajo, medias con costura, tacos altos, collares, guantes y sombrero que de inmediato te trasladan ocho décadas atrás. Te pregunta si prefieres mesa de platea o de primer piso. La diferencia está en los menúes y sus precios.

    Una vez que tocaste el timbre, que traspasaste la puerta y que recorriste la escalera, alguien en la entrada a ese galerón enorme, antiguo granero, te cobrará la entrada, quizá 2 o tal vez 5 pesos (unos 8 o 20 pesos mexicanos). Hallar un lugar para sentarte será tu tarea, o tu problema, entre sillas sin respaldos y sillones desvencijados que han sido salvados de los camiones de basura.

    Mientras se esperan las empanadas de carne y humita, y luego el bife de chorizo o el churrasquito de cerdo, y después el helado de ananá con champán (o cualquier otra elección del menú), en el escenario se proyectan imágenes que ilustran la historia del tango; muchas imágenes en blanco y negro acompañadas de mucho bandoneón.

    Candelabros, velas y una que otra bombilla de poco wataje iluminan la cena elegida, un supuesto invento del chef que incorpora espagueti, verduras cocidas y salsa de soya, una variante del "chow mien" con excelente sazón. Del primer al último bocado, el equipo de audio ayuda a recrudecer la melancolía, con una estupenda selección de tango y muy mal sonido.

    Llega la tercera llamada que marca el inicio de un espectáculo de casi hora y media en el que bailarinas, bailarines, una orquesta y un imitador de Gardel se desvivirán por demostrar los niveles de sofisticación que puede tener el tango y por contagiar su gozosa melancolía, su sensualidad y su elegancia arrabalera entre la concurrencia. No les costará trabajo; a los pocos minutos lo habrán logrado.

    A pesar de que el lugar suele estar abarrotado con decenas de muchachos argentinos y extranjeros, suelen ser sólo tres o cuatro parejas las que bailan a la perfección, pero bastantes más intentan hacer trenzas elegantes y ochos audaces con las piernas; aunque se queden en el intento, nadie les quitará la emoción de haber experimentado el tango.

    Al final del show, pasada la medianoche, la Esquina Carlos Gardel habrá confirmado su papel de inigualable opción en restaurantes temáticos de tango, en el que fueron revisitados fragmentos de la historia del Chanta Cuatro y del cantautor nacido en Toulouse pero nacionalizado argentino que forma parte de la historia musical y sentimental de Argentina.

    Transcurridas siete horas, La Catedral habrá llevado a la práctica su frase de batalla ("No todo es rock") y habrá demostrado su papel como una de las mejores milongas del Buenos Aires "underground", esas que se erigen como los lugares ideales para intentar bailar o ver bailar tango mientras se espera la llegada del sol porteño.

    Esquina Carlos Gardel, Carlos Gardel 3200, Abasto, tel. 00 (5411) 4867-6363; info@esquinacarlosgardel.com.ar.

    La Catedral, Sarmiento 4006, timbre 5, Almagro, tel. 4302-8682. Martes y viernes a partir de las 23:00 horas.

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